Acerca de mí

Hola, soy Ricardo ¡Bienvenido a Aventura Literaria! 

Si has llegado hasta aquí ¡No lo dudes! eres un amante de los libros y la escritura. Si has llegado hasta aquí, y estoy completamente seguro de ello, también sientes esos chispazos a la altura del pecho cuando te sumerges entre las páginas de una lectura. Si has llegado hasta aquí, apuesto — sin temor alguno a equivocarme — a que eres de aquellas personas que juega con las palabras, las mima, les encuentra parejas imposibles, las piensa y las escribe con el único fin de expresarse, de liberar a ese bobo atarantado que muchos llevamos dentro.

Si has llegado hasta aquí, es porque a veces te ha aparecido en la mente, al igual que a mí, aquella pregunta existencial que nos pinta de cuerpo entero ¿Qué sería de mi vida sin leer y escribir? 

Muchas gracias por unirte a este viaje llamado Aventura Literaria, un lugar en el que nos apasiona leer libros y contar historias. Y para dar fe de esto último, voy a contarte una que podría ser la mía, pero estoy muy seguro también podría ser la tuya. O la de cualquiera. Porque cada uno tiene siempre una historia propia para contar.  

El niño de los libros

Érase una vez un niño que, antes de caminar, ya jugueteaba rodeado de libros por doquier. Le ponían uno para comer, le leían uno para dormir, incluso uno de dibujos tiernos para sentarse en el bacín, donde podía quedarse alelado. Él sabía que esos cartones duros con hojas coloridas tenían un significado especial, que cada uno era un nuevo código por descifrar, y aunque todavía no podía decirlo, sentía que disfrutaría de esa aventura entre libros para siempre. 

Cuando la pasión te encuentra

Ya en el colegio, después de años devorando lecturas escolares y libros de historia, descubrió por fin la literatura en su máxima expresión — gracias, Miss Rita —   : leyó por primera vez «Cien Años de Soledad», la historia de la familia Buendía escrita por el premio nobel Gabriel García Márquez. Un libro que repetiría sin cansancio y que sería el motivo de sus más grandes delirios literarios. 

Pero la vida sigue su curso 

Ese niño, ya adolescente, ingresó a estudiar periodismo y comunicaciones, guiado por la febril obsesión de la palabra escrita, y logró desarrollar una exitosa carrera en prensa escrita. Pero algo hacía falta. Algo en su interior le decía que le faltaban piezas al rompecabezas, que había una tarea pendiente por descubrir. 

La vuelta al mundo 

Es así como este niño, escondido bajo la piel de un joven veinteañero, dejó el hogar, el país, los amigos, la comida servida y la covacha caliente y viajó al extranjero para encontrar aquello que estaba buscando: historias. Cruzó países, se enamoró en distintos idiomas, río, aprendió mucho en esas aventuras en la que llevaba un libro en una mano y lapicero y papel en la otra, siempre acompañado de esa gran amiga llamada soledad. Una amistad que al principio le costaba pero con la que se reconcilió gracias a una constante: el escribir. 

Cuando la pasión te atrapa

Y es así que ese niño, ahora escondido en el cuerpo de un adulto distendido, decidió por fin darle el sitio que se merecía a ese gusto y pasión por la escritura y la literatura. Un punto y aparte que dio inicio a esta Aventura Literaria. A esta nueva historia que ahora, gracias a tu compañía, ese niño se dispone a contar. 

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